Durante la crisis de 2008, mientras el comercio mundial se estaba reduciendo en una tasa del 12%, las transacciones de bienes y servicios creativos crecían a un ritmo del 14%. Estas cifras nos indican que la economía creativa se perfila como una pieza esencial para potenciar el crecimiento económico, la innovación y la productividad.Este fenómeno ha generado un creciente interés por parte de los académicos y policy markers por mapear y dimensionar su impacto en todo el mundo, de ahí los estudios a nivel europeo propuestos por la Comisión Europea, a nivel latinoamericano por el Banco Interamericano de Desarrollo, o por parte de la UNCTAD a nivel mundial, recientemente presentados. Un estudio cuyo título es ” Innovación en las industrias creativas europeas”, afirma que en una muestra tomada sobre 10 países europeos, las empresas creativas superan ampliamente a las tradicionales, tanto en innovación de producto como en intensidad de la I+D, evidenciando la importancia del capital humano como factores clave en el desempeño
