ECONOMÍA CREATIVA

¿Qué es esto de la ECONOMíA CREATIVA?

Para muchos es un término nuevo, sin embargo los académicos y especialistas llevamos décadas hablando de economía creativa o naranja, industrias creativas y culturales.

“El estudio de la economía creativa implica poner el acento en el enorme potencial de desarrollo y riqueza de actividades tradicionalmente consideradas irrelevantes en términos económicos, actividades que implican el uso de la creatividad y que están protegidas por el derecho de autor”. Xavier Ferrer, Presidente de la Asociación para el Fomento de la Economía Creativa.

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El término  “industrias creativas y culturales”, empezó  a ser usado hace unas dos décadas por los economistas británicos y norteamericanos , para acuñar un conjunto de actividades   que se refieren a ámbitos de la tradición cultural secular y otras que apenas han nacido con el advenimiento de la tecnología.

No obstante, y pese a su diferente data de nacimiento y diversidad, según estos académicos, todas  industrias culturales y creativas, se caracterizan por las mismas notas comunes. En su conjunto, tienen su origen en la creatividad y en el talento humano, y potencialmente son susceptibles de generar riqueza y crecimiento económico gracias a la protección legal que otorgan las leyes de la propiedad intelectual a escala internacional.

Esta fusión de nuevas y viejas actividades humanas basadas en la creatividad, ha hecho emerger  nuevas industrias , ha puesto en marcha nuevos modelos de negocio y configura un nuevo paradigma económico, la economía creativa en su conjunto.

Las consecuencias de este nuevo modelo de desarrollo económico, son trascendentes: por un lado desde el punto de vista de los recursos humanos, demanda habilidades técnicas y competencias inéditas para responder a los retos que plantea, muy especialmente dirigidas a potenciar la creatividad, el pensamiento crítico y la conexión transdisciplinar y por otro, desde el punto de vista de las organizaciones, exige la puesta en marcha de modelos , ágiles, flexibles y exponenciales, que sean capaces de prototitar y escalar servicios y productos personalizados.

Esta cuarta revolución industrial en la que vivimos, trae consigo  un uso intensivo de nuevas tecnologías, que fusionan los mundos físicos, digitales y biológicos e implican el  desafío a multitud de viejos modelos de negocio, lo que conllevará a la pérdida de millones de puestos de trabajo por el impacto de la automatización. Siendo estimadas estas pérdidas, por la Universidad de Oxford en un 48% en el Reino Unido en los próximos 15 años.

Consecuentemente, según la OMT,  viviremos un nuevo mercado laboral, con profesiones emergentes, y un cambio en el marco regulatorio.

Entre estos sectores emergentes destacan los sectores creativos. según un estudio de uno de los think tank más importantes del mundo  dedicados a la innovación, Nesta Foundation en Gran Bretaña, el 87% de las ocupaciones cuyas habilidades se basan en la creatividad humana se encuentran en un umbral de bajo riesgo de automatización.

La economía creativa por tanto, complementa el crecimiento de actividades de otros sectores productivos a través de creaciones funcionales, -diseño, publicidad, comunicación, software, I+D, ), y por otra como procesos de generación de nuevas empresas que sustituyen a las actividades económicas que han sucumbido.